La Erradicación del Narcotráfico y el Consumo de Drogas.
Introducción.
El consumo de sustancias tóxicas
legales o ilegales, como una forma de ocio o de evasión, ha ido evolucionando
al igual que la percepción que se tiene de ellas en estas últimas décadas.
Incluso ha ido perdiendo su parte transgresora y reivindicativa con el paso de
los años, incluso la propia información sobre sus efectos nocivos.
En el caso del cannabis, incluso existe
una tendencia en las nuevas generaciones de percibirlo cada vez menos como una
sustancia nociva, siendo era la droga “ilegal” más consumida en el mundo. Lo
cierto es que, el consumo diario de cannabis diario puede causar trastornos
mentales como la esquizofrenia, la depresión o la ansiedad, sumando el hecho de
que el cannabis es un factor de riesgo con mayor o menor causalidad con estas
enfermedades.
Después tenemos al fentanilo que,
pese a ser un opiáceo cuyo uso clínico es el tratamiento analgésico, su consumo
fuera de este marco es una realidad muy patente en Estados Unidos y Canadá. En otros
Estados se alerta que pudiese ser un problema de salud pública, por el gran
riesgo de consumo abusivo y la dependencia que genera.
El consumo de drogas y el narcotráfico
si se pueden erradicar, China es el ejemplo histórico de esto, pero las
políticas promovidas en el mundo Anglosajón e Hispanoamérica siempre se quedan en
simples prohibiciones -aunque sólo ejercidas para la clase trabajadora- porque
las drogas desempeñan un papel dentro del mantenimiento del sistema capitalista
actual, siendo esta un paliativo ante la desigualdad y explotación que ejerce
sobre las clases populares.
Las drogas responden a la
necesidad de “evadir los problemas de la vida” cuando no sólo te permite asegurar
unas condiciones de subsistencia, cada vez más mínimas. Para muchos consumidores,
la cruda realidad puede ser postergada durante el tiempo que dura la dosis de
su droga predilecta, convirtiéndote a las personas en dóciles individualistas,
sometidos a sus adicciones.
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